Un día en el parque

Un día como este sábado, en el que nada sale según lo planeado (sino mucho mejor!).... nos da fuerzas y ganas de seguir luchando todos juntos, por nosotros mismos, por los demás, por nuestros sueños... 

Debido a un contratiempo no pudimos entrar al aula de los sábados. Pues como nos gusta convertir los problemas en oportunidades nos montamos una pedazo de mañana jugando al solecito en el parque. 

Entre todos propusimos juegos y también hubo tiempo para charlar, para conocernos mejor entre nosotros y hacer piña. 

En este tipo de ocasiones es cuando los peques se sienten más relajados: porque están en su barrio, con sus amigos, jugando a cosas que conocen... se sienten bien y sacan su lado más dulce. Para nosotros, la gran lección del día es la forma tan natural de dar amor que tienen los niños. Es increíble la libertad que sienten para abrazarte y besarte sin motivo, para decirte cosas bonitas, para gritar y reír de pura alegría. Es tan, tan lindo... Los adultos suelen olvidar esta manera de querer tan inocente. ¿No pensáis que merece la pena hacer el esfuerzo de re-aprender a querer como los niños? 

Por supuesto también hubo momentos para los roces. Pero todo es tan natural que igual que surge un conflicto se pone paz y empezamos de cero. Los niños tienen esa maravillosa capacidad.

Este ha sido el típico día en el que aprendemos más los niños grandes que los pequeños...

En resumen: ¡un día increíble lleno de juego, luz y amor del bueno!

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